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La selección mexicana, una realidad llena de fracasos

La selección mexicana de fútbol varonil ha tenido participaciones negativas en los últimos torneos, en los que se ha puesto en duda su nivel, no sólo futbolístico, sino estratégico y mental. Esta semana fueron eliminados de la Copa América tras terminar en tercer lugar de grupo con cuatro puntos.

La cuadragésima octava edición de la Copa América comenzó a disputarse el 20 de junio del presente año, en donde México se veía obligado a avanzar a los octavos de final del certamen. Los tres rivales del tricolor en la primera fase fueron Jamaica, Venezuela y Ecuador.

A pesar de que se esperaba una buena participación por parte del conjunto mexicano, una victoria ante Jamaica, una derrota en contra de Venezuela y un doloroso empate sin goles con Ecuador, dejaron fuera del torneo más prestigioso del continente americano a la selección dirigida por Jaime Lozano.

El desempeño en la Copa América se define con una palabra ya varias veces utilizada para referirse a la selección de México: fracaso. Esto se debe a que no sólo había expectativas de que la escuadra tricolor tuviera un mejor rendimiento, es sobre todo por la eliminación en fase de grupos, en donde ni siquiera enfrentaron a países más fuertes y candidatos a ganar la copa, como Argentina, Uruguay, Brasil o Colombia.

Después de la lección recibida en Copa América, surge una pregunta vital para el futuro de la selección mexicana: ¿por qué no triunfan? Es importante repasar las actuaciones en los torneos recientes más importantes, desde la última vez que México se acercó a una situación en la que no se encontraba hace casi cuatro décadas, las cuales solamente exponen la categoría del fútbol mexicano y suman decepciones a la historia.

El Tri ha logrado avanzar a los cuartos de final en la Copa Mundial en sólo dos ocasiones, 1970 y 1986, ambas disputadas en México. La última vez que la selección mexicana estuvo cerca de lograr posicionarse entre los mejores 8 del torneo fue hace 10 años, en el mundial de Brasil 2014.

Esta fue la última ocasión en donde México parecía tener nivel para combatir a selecciones fuertes. En fase de grupos, logró la victoria en contra de Camerún, empató sin anotaciones con Brasil y venció a Croacia 3 goles a 1. En los octavos de final, los comandados por Miguel Herrera estaban a 2 minutos y el tiempo de compensación de avanzar a cuartos de final, algo que no ocurría hace 38 años; sin embargo, el partido terminó 2-1 a favor de Países Bajos con el famoso suceso conocido como “No era penal”.

Selección mexicana
Fuente: Roberto Maya

Posteriormente, en torneos de selecciones mayores México solamente ha actuado de manera sólida en Copa Oro, saliendo victoriosos del certamen en 2015, 2019 y 2023, aunque en la edición del 2017 cayeron en semifinales y en la del 2019 perdieron la final.

En la Copa América, además de su participación en 2024, fueron un país invitado a la competición en Chile 2015 y Estados Unidos 2016, esta última organizada por el centenario de la primera edición del torneo.

En 2015 quedaron en último lugar del grupo A, por debajo de Chile, Bolivia y Ecuador. El siguiente año lideraron el grupo C, superando a Venezuela por diferencia de goles y con 7 puntos. En cuartos de final la selección mexicana vivió una de las peores tragedias en su historia al enfrentarse a Chile, pues “La Roja” ganó el encuentro 7 a 0.

En los mundiales, aparte del ya mencionado en 2014, México también jugó en Rusia 2018 y Catar 2022.

En Rusia, el Tricolor dio la sorpresa en el primer partido e ilusionó a los aficionados después de vencer 1-0 al entonces vigente campeón, Alemania. En el segundo partido vencieron 2–1 a Corea del Sur y perdieron el último partido de la primera fase 3-0 contra Suecia. Esto dio a México el segundo puesto del grupo F, y en Octavos de final fueron superados 2 goles a 0 por Brasil.

Asimismo, cuando aún existía la Copa Confederaciones, México participó en Rusia 2017 y quedó fuera en semifinales ante Alemania, recibiendo un complicado 4 a 1.

Una de las razones por las que la selección mexicana no puede triunfar últimamente y hasta su competencia y calidad son bajas, es porque la plantilla ha cambiado mucho en años recientes y es muy poco experimentada dentro del campo en competencias grandes.

A diferencia de países como Argentina, Brasil, Uruguay o Estados Unidos, México decidió hacer un cambio generacional algo tarde, en donde había jugadores experimentados y de calidad, pero sin suficientes futbolistas jóvenes que aprendieran y siguieran los asesoramientos de veteranía de algunos otros.

De igual manera, la liga de fútbol profesional en México, conocida como Liga MX, año tras año puede ser un certamen competitivo a nivel nacional, pero no necesariamente de calidad. Los equipos mexicanos no siempre forman jugadores con la destreza y experiencia necesarias para competir en ligas más fuertes, o bien, en torneos a nivel de selección cuando enfrentan a naciones exigentes futbolísticamente.

Por otra parte, la forma en la que se maneja el fútbol mexicano es inconsistente, desde el nivel de juego hasta la toma de decisiones en la Federación o el cambio constante de los entrenadores.

Es importante concentrarse en el desarrollo juvenil, con la inversión en academias y programas de fútbol, y fomentando la participación de dichos jóvenes en competencias de su nivel que puedan darles experiencia y aprendizaje. Igualmente, regular la cantidad de extranjeros en la plantilla titular de los equipos para poder dar oportunidad a aquellos jugadores que podrían ser parte del equipo mexicano.

De esta forma, muchos futbolistas mexicanos pueden jugar en otras ligas más competitivas y con mejor nivel, las cuales fortalecerían sus capacidades y calidad. Con estas propuestas iniciales, México necesita plantear un proyecto que sea distinto a los que siempre se proponen, también considerando a los entrenadores.

Estos no pueden cambiar frecuentemente porque el equipo no se adaptaría a un estilo de juego. Un director técnico con las estadísticas confiables como para asumir el cargo, que además tenga experiencia regional e internacional, es un buen comienzo como parte de un proyecto a largo plazo, para posteriormente moldear a los jugadores integrantes de la selección que podrían ser jóvenes con práctica.

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