Jorge Luis Borges y la poesía

“pienso que hay eternidad en la belleza”. Esa frase, ese adagio, ha resonado miles de veces en el mundo. Jorge Luis Borges y la poesía eran uno mismo. 

Nacido en Buenos Aires, el 24 de agosto de 1899. Fue un poeta, ensayista y escritor argentino, una de las máximas figuras de la literatura mundial.
Creció en un ambiente que propició su interés por la lectura, el estudio y los idiomas. Desde temprana edad, escribió tanto en español como en inglés. Estudió en Ginebra e Inglaterra.

La obra de Borges siempre destacó por tener un estilo literario de cuentos y ensayos muy breves.

Una de sus obras más famosas, el Aleph, plantea una lectura desde el existencialismo, basada en la idea de la incapacidad del humano de enfrentarse a la eternidad a través de la historia de un Borges ficcional y Beatriz Viterbo, a la que había amado sin ser correspondido.

Borges tenía una obsesión notoria con el poder del lenguaje y la literatura. Sus poemas a menudo exploran la naturaleza de la escritura y cómo esta puede crear realidades alternas.

¿Qué era la poesía para Borges?

Creo que la poesía es algo íntimo, algo tan esencial, que no puede ser definido sin diluirse, sería como tratar de definir el color amarillo, el amor o la caída de las hojas en el otoño. Yo no sé cómo podemos definir las cosas esenciales. Se me ocurre que la única definición posible sería la de Platón, precisamente porque no es una definición, sino porque es un hecho poético. Cuando Platón se refiere a la poesía dice: “Esa cosa liviana, alada y sagrada”. Eso, creo, puede definir en cierta forma a la poesía, ya que no la define de un modo rígido, sino que ofrece a la imaginación esa imagen de un ángel o de un pájaro.

Borges siempre será recordado por ser uno de los escritores que podía explicar los conceptos más complejos desde la sencillez y la belleza misma.

 

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