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Joker: Folie à Deux se queda impotente en todos los sentidos

Cuando la secuela de «Joker» fue anunciada, las expectativas no podían ser más altas. La primera entrega de 2019, dirigida por Todd Phillips y protagonizada por Joaquin Phoenix, se convirtió en un fenómeno cultural, recaudando más de mil millones de dólares en taquilla y obteniendo 11 nominaciones al Óscar, con Phoenix ganando la estatuilla a Mejor Actor. Con un inicio tan arrollador, cabría esperar que la secuela, «Joker: Folie à Deux», fuera un éxito similar. Sin embargo, el debut de la película ha sido decepcionante, recaudando solo 37 millones de dólares en su primera semana, un número que, para los estándares de una gran producción de Hollywood, es un fracaso considerable.

Este fracaso ha sido acompañado por una recepción brutal tanto por parte de la crítica como de los fanáticos, que no han dudado en señalar que la película no está a la altura de las expectativas. Entonces, ¿qué salió mal?

Desde la propuesta demasiado arriesgada de que «Joker: Folie à Deux» fuera concebida como un musical ya generaba cierta incertidumbre. Incluir un género como el musical en una secuela de un drama psicológico de origen oscuro fue una decisión rara, por decir lo menos. Para muchos, fue un experimento que no logró cuajar. Si bien Joaquin Phoenix y Lady Gaga, como Harley Quinn, eran nombres de peso, la mezcla de ambos en una narrativa que ya de por sí abordaba temas complicados como la enfermedad mental y la violencia social, resultó confusa y disonante.

Phillips y su equipo parecían estar apostando por una fórmula novedosa, algo que expandiera los límites del cine de cómics tradicional, pero el cambio fue demasiado brusco. La crítica se ha ensañado con la película por su enfoque errático, la pérdida de la seriedad cruda que hizo tan exitosa a la primera entrega, y una falta de cohesión en su ejecución. A pesar de que musicalmente se le dio importancia a la película, muchos señalaron que los números musicales interferían en la fluidez narrativa, resultando en un choque tonal que desconcertó a la audiencia.

Las secuelas son las trampas más comunes en Hollywood, es la idea de que el éxito inicial de una película garantiza el éxito de una segunda. Pero la verdad es que las secuelas, por naturaleza, tienen la difícil tarea de satisfacer a una audiencia que ya llega con expectativas preconcebidas. En el caso de «Joker: Folie à Deux», esas expectativas eran monumentales. La audiencia esperaba una continuación del tono y estilo oscuro de la primera película, y lo que recibieron fue algo completamente distinto. Este cambio de dirección no fue bien recibido por aquellos que esperaban una historia más cercana a la realidad, al estilo crudo y socialmente relevante de la primera entrega.

Los fanáticos que quedaron cautivados por la interpretación de Phoenix como un hombre al borde del colapso no parecieron encontrar el mismo encanto en una versión más sobajada del personaje. Incluso los que apoyaban la idea del musical parecen haberse sentido decepcionados por la ejecución. Las redes sociales estallaron en críticas, señalando la desconexión entre el enfoque creativo de la película y lo que los fanáticos querían ver.

Mientras que la primera entrega fue elogiada por su capacidad de presentar una reflexión incisiva sobre temas como la desigualdad social, la alienación y la enfermedad mental, «Folie à Deux» ha sido acusada de carecer de profundidad. La crítica ha sido implacable, describiéndola como una película que intenta ser demasiado flacida en su intento artístico, olvidando lo que hizo tan poderosa a la primera cinta.

Al final, la pregunta que surge es si «Joker: Folie à Deux» será recordada como un experimento fallido o si logrará encontrar su público con el paso del tiempo. No se puede negar que la ambición detrás de la película es innegable, pero quizás, en este caso, el riesgo artístico fue demasiado grande.

En una industria donde el dinero y la crítica pueden hacer o deshacer una franquicia, «Joker: Folie à Deux» parece haber pagado el precio por su experimento creativo. Aunque no se puede predecir con certeza el destino de la película a largo plazo, lo que sí queda claro es que ha quedado muy por debajo de su predecesora, tanto en taquilla como en el gusto del público.

Esta secuela es un recordatorio de que incluso los proyectos más ambiciosos y audaces pueden fracasar cuando no conectan con su audiencia. Si bien la película intentó expandir los horizontes del cine de superhéroes y distanciarse de la narrativa convencional, este enfoque arriesgado resultó en un producto que muchos consideraron completamente desconectada del trabajo de su predecesora. A veces, el riesgo artístico no garantiza el éxito comercial, y en este caso, parece que «Joker: Folie à Deux» ha caído en esa trampa.

 

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