Ciencia y tecnología

“Ghost guns”, el negocio de la impresión 3D que no conocías

Sin duda la impresión 3D ha tenido gran auge en la última década, se ha convertido en una de las tecnologías con mayor campo de oportunidad. Sin embargo, algunas de sus implementaciones, como la creación de “ghost guns”, son alarmantes.

El primer registro que existe de esta tecnología se remonta a la década de los 80 ‘s, cuando el diseñador Hideo Kodama presentó su versión de impresora. Más adelante, Charles Hull, co-fundador de “3D Systems”, inventó la estereolitografía con el fin de crear prototipos de menor escala antes de obtener el producto final. A partir de ahí, han surgido nuevos métodos como la deposición fundida, desarrollada por Scott Crump, que es la más utilizada en estos días.

Con el pasar de los años, las piezas realizadas encontraron otra función, dejaron de ser sólo parte del proceso de producción para convertirse en el resultado final. Así, comenzamos a ver la implementación de este tipo de objetos en distintas áreas como la automotriz, la aeroespacial, incluso podemos encontrar prótesis elaboradas mediante impresión 3D.

Armas impresas sin registro.

Tres décadas después de la irrupción del innovador invento, un estudiante de Leyes estadounidense dio a conocer su intención de diseñar armas de fuego 3D. Cody Wilson, fundador de Defense Distributed, organización dedicada al diseño y publicación de armas para la fabricación digital, impulsó la idea de que todas las personas pudieran imprimir su arma desde casa.

El primer modelo, el Liberator.380, era fabricado con plástico, lo que obligaba, por las características del material, a ser un arma de un solo tiro. Sin embargo, la impresión aditiva tuvo grandes avances. Actualmente se pueden encontrar modelos realizados con metal, por tanto, son artefactos con la capacidad de ejecutar más cartuchos y con mayor precisión.

El primer archivo disponible de Ghost Guns en línea apareció en 2013, los planos de la pistola Liberator vieron la luz en la plataforma Defcad, relacionada con Defense Distributed. El archivo se popularizó rápidamente y alcanzó cifras de descarga extraordinarias, desde entonces, el mercado de las “ghost guns” se convirtió en un peligro para los gobiernos de todo el mundo.

Intento de regulación.

No pasó mucho tiempo para que el gobierno de Estados Unidos intentara atacar el asunto. Exigió a la organización de Cody Wilson bajar inmediatamente los archivos. El tema no terminó ahí, tuvieron que ir a los tribunales para determinar el rumbo de las pistolas de fabricación aditiva. El resultado después de 5 años de juicios fue la legalización de armas impresas en 3D. Aunque un año después, un juez federal determinó que la legalización era ilegal.

En México, Miguel Ángel Mancera, realizó algunas sugerencias para intentar atacar el crecimiento de la problemática. Propuso hacer adecuaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

Entre sus propuestas se encontraba elevar de 10 a 20 años de prisión a quien introduzca al territorio nacional armas fabricadas con esta tecnología. También, mencionó que es indispensable impedir la concesión de permisos para cualquier operación en la que intervengan las armas de impresión 3D o sus componentes. Así como, prohibir la posesión, portación o utilización de máquinas para la fabricación.

Armas 3D relacionadas con México.

Al parecer, el crimen organizado está entrando al negocio de las Ghost Guns, en México distintas operaciones han terminado en incautaciones de este armamento. En 2023 integrantes del crimen organizado, fueron detenidos con un cargamento de drogas y con “ghost guns”. Uno de los detenidos, presuntamente, había vendido armas de fuego sin número de serie.

El mismo año, agentes encubiertos iniciaron una investigación que culminó en el allanamiento de una propiedad privada en Laredo, en donde encontraron drogas y armas fantasma, mismas que fabricaba con una impresora 3D. El detenido confesó que las había exportado ilegalmente.

Recientemente, en el informe National Drug Threat Assessment 2024, presentado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), informó que una de cada 10 armas recuperadas por las autoridades son de fabricación por medio de impresión aditiva.

Impresión 3D, entre dos mundos.

Los avances tecnológicos cada vez son más recurrentes, en todos los ámbitos podemos observar cómo los dispositivos mejoran con una velocidad nunca antes vista, aunque la rapidez de los avances no siempre benefician a la sociedad. Algunas tecnologías en las manos equivocadas pueden representar riesgos para los tejidos sociales. Las impresoras 3D se encuentran en esta situación.

Lo que comenzó como una herramienta para optimizar los procesos de producción, está tomando un rumbo distinto, que atenta directamente contra la vida y la seguridad de las personas.

El fenómeno de las “ghost guns”, necesita ser atendido de forma inmediata. La oportunidad de crear tus propias armas en la comodidad de tu casa es un riesgo inmenso, y no sólo por la letalidad de los artefactos. El mercado negro de armas es un negocio multimillonario que fomenta el crecimiento y fortalecimiento de organizaciones criminales. La irrupción de las armas creadas por impresión 3D podría aumentar la rentabilidad de este negocio.

Imagen tomada de defcad.com

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