Ciencia y tecnología

De El Niño a La Niña: El cambiante humor del océano con ecos en el clima de México

El Niño y La Niña son fenómenos climáticos que afectan significativamente los patrones meteorológicos de México. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el episodio de El Niño está dando señales de estar llegando a su fin, mientras que un episodio de La Niña está por instaurarse.

Cada uno de estos fenómenos está vinculado a patrones particulares de temperatura y precipitaciones, que pueden provocar efectos tan opuestos como sequías e inundaciones. De hecho, entre las fuentes de variabilidad climática mundial, El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) destaca notablemente, siendo superada únicamente por el cambio de estaciones, determinado por la relación entre la Tierra y el Sol.

ENOS se compone de dos eventos climatológicos: El Niño y La Niña. También incluye un componente oceánico conocido como la Oscilación del Sur.  El Niño es un periodo de calentamiento de la superficie del mar, acompañado de la anulación de la corriente de agua fría. En contraste, La Niña consiste en la reducción de la temperatura de la superficie del mar en comparación con el promedio de las regiones central y oriental del océano Pacífico, además de la intensificación de los vientos predominantes de este a oeste.

La transición entre ambos eventos puede ocurrir en pocos meses o extenderse durante un año. Durante El Niño, México puede experimentar inviernos y primaveras más cálidos y secos en el norte, y más lluviosos en el sur. La Niña, por su parte, tiende a provocar inviernos y primaveras más fríos y húmedos en el norte, y más secos en el sur.

ENOS impacta especialmente en los trópicos, afectando a países y zonas de África, América Latina, y Asia Sudoriental y Meridional. Altera las condiciones climáticas y tiene consecuencias graves en ámbitos como la seguridad alimentaria, la calidad del aire y del agua, y la infraestructura.

Además, se asocia a aumentos en la transmisión de enfermedades. Ante esta situación, las medidas preventivas y los sistemas de alerta temprana son indispensables para salvaguardar la seguridad de la gente.

A través de satélites, boyas oceánicas y modelos climáticos avanzados, investigadores de instituciones como el Servicio Meteorológico Nacional de México estudian y monitorean El Niño y La Niña. Instituciones como la OMM proporcionan datos y alertas oportunas que ayudan a los países a prepararse para los efectos de estos fenómenos.

En México, autoridades como la Comisión Nacional del Agua y el Centro Nacional de Prevención de Desastres trabajan para prevenir catástrofes como inundaciones, planificando recursos hídricos y creando programas de asistencia para los afectados.

Monitorear y prepararse para El Niño y La Niña es esencial para mitigar sus efectos en México. La colaboración entre instituciones y la adopción de tecnología avanzada son claves para proteger a las comunidades vulnerables.

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