Ciencia y tecnología

Nuevo método para la detección temprana del Alzheimer

Un equipo compuesto por integrantes de la Queen Mary University de Londres y la Universidad Monash en Australia, dirigido por Charles Marshall, desarrolló un método para la detección temprana del Alzheimer. Las pruebas demostraron una efectividad mayor al 80% de precisión en el pronóstico de la demencia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia “es un síndrome que puede deberse a una serie de enfermedades que, con el tiempo, destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro”. 

Dentro de este término existen distintas enfermedades que afectan directamente al funcionamiento cognitivo de las personas. Las demencias progresivas son afectaciones que empeoran con el tiempo y son irreversibles.

La demencia vascular, la demencia con cuerpo de Lewy, la demencia frontotemporal y la demencia mixta son algunos ejemplos. Sin embargo, el más conocido es el Alzheimer. De acuerdo con datos de la OMS, 55 millones de personas sufren algún tipo de demencia, y entre un 60% y 70% padecen esta última. 

Dicha enfermedad, ha sido fuertemente vinculada con la vejez, y si bien es cierto que la mayoría de las personas que la padecen son mayores de 65 años, no es exclusiva ni inherente al envejecimiento. Alzheimer’s Association estima que en Estados Unidos alrededor de 200 mil personas sufren un inicio temprano. En 2023 se registró el diagnóstico más prematuro hasta el momento, un jóven de 19 años.

Alzheimer’s Association, organización dedicada a la atención, apoyo e investigación de la enfermedad, menciona que el 90% de los conocimientos con los que hoy cuentan los especialistas se descubrieron en los últimos 20 años. No obstante, su hallazgo se remonta a hace más de 100 años.

En 1906 la neuropatología fue descrita por el neurólogo y psiquiatra Alois Alzheimer. Mientras ejercía en el hospital psiquiátrico de Frankfurt conoció y atendió a la paciente Auguste Deter, misma que presentaba desorientación, pérdida de memoria, cambios de comportamiento, síntomas que a los 51 años, edad de Auguste en ese momento, no eran comunes. 

Después del fallecimiento de Deter, Alios tuvo la posibilidad de examinar su cerebro, en donde encontró dos peculiaridades, que hoy en día están fuertemente relacionadas con la enfermedad: placas amiloides y ovillos neurofibrilares. 

Las placas amiloides son una acumulación de una proteína conocida como beta-amiloide, situada en la parte externa de las neuronas. Por su parte, los ovillos neurofibrilares se forman dentro de las neuronas y están compuestos por una proteína llamada Tau. 

El nombre “enfermedad de Alzheimer” fue utilizado por primera vez por Emil Kraepelin, lo incluyó en la 8va edición de su libro “Textbook of Psychiatry” (1910). 

Desde su descubrimiento a inicios del siglo pasado, se han realizado investigaciones para la prevención, diagnóstico y posible cura, dando como resultado algunas recomendaciones y tratamientos para ralentizar los síntomas, así como mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Pese a que no hay una manera de prevenir la demencia, instituciones y organizaciones como la OMS o Mayo Clinic, recomiendan medidas cautelares, que van desde realizar ejercicios que estimulen la actividad mental, la actividad física, tener una alimentación sana, dejar de fumar, controlar el consumo de alcohol y los factores de riesgo cardiovascular. 

Aún no existe una cura, aunque cada vez se presentan más opciones y trabajos de investigación que podrían aportar para el descubrimiento de un método para la detección temprana del Alzheimer, como el caso del modelo neurobiológico realizado por el equipo de investigación encabezado por Charles Marshall.

El estudio se centró en una de las primeras partes que son afectadas por la patología: la red de modo predeterminado o red neuronal por defecto (DMN). Conformada por un conjunto de regiones del cerebro, esta red se activa cuando las personas estamos en reposo o no necesitamos enfocar toda nuestra atención para realizar una acción específica. 

Javier Tomas Romero, neuropsicólogo y diseñador de terapias de rehabilitación neuropsicológica con software, en su artículo  “La red en reposo. Implicaciones en Alzheimer, esquizofrenia y autismo”, publicado en 2021, la define como “una línea base de actividad neuronal que se produce cuando el sujeto tiene pensamientos que no están dirigidos a una meta”.

detección temprana del Alzheimer
Imagen tomada de “La red en reposo. Implicaciones en Alzheimer, esquizofrenia y autismo”

En el mismo artículo, muestra las zonas del cerebro que se activan “en situación de reposo”, destacan la corteza prefrontal medial, el precuneus (ventral) y el lóbulo parietal inferior.

Las pruebas lograron adelantar con éxito el pronóstico de 81 personas que aún no estaban diagnosticadas. Sin duda, los avances tecnológicos cada vez nos permiten entender mejor las causas, efectos y nos acercan a una posible cura.

Como la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, el Alzheimer no solo afecta a la persona enferma, sino que ataca directamente a las personas que lo rodean. A medida que los síntomas avanzan, la familia toma un rol difícil de encarar. Pasen de ser madre, padre, hermanos, hijos a cuidadores, incluso si se tiene la oportunidad de contar con algún especialista. Emocionalmente también se vuelve un reto. La pérdida progresiva de un ser querido es un duelo en el que la ansiedad y la tensión crecen.

El panorama aún luce complicado en la búsqueda de una cura, pero estudios nos permiten pensar que cada vez la medicina tiene más herramientas para enfrentar los distintos tipos de demencia. La investigación, publicada en Nature Mental Health, es un claro ejemplo de los avances de la medicina y la tecnología. Recordemos que la capacidad para la detección temprana del Alzheimer permite que el paciente y la familia se preparen para el largo camino que tendrán que enfrentar.

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